7 Islas Canarias, 7 Retos solidarios
El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife
El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife
Esta
historia comenzó en el Ultraman de Gales en Septiembre 2014, cuando yo ya tenía
en la cabeza la idea de hacer las 7 distancias Ironman, en 7 días, en las 7 Islas
Canarias, porque ya había leído sobre el intento que se hizo en el 2013. Se
me metió en la cabeza, le dí vueltas y le fui dando forma, y pensé que si me salía
bien el Ultraman sería cuando tomara la decisión de realizar las 7 islas o no. El Ultra
salió mejor de lo que esperaba, y entonces decido realizar el reto.
Hice
un viaje a mi tierra y supuestamente era algo para el 2016, pero a mi
regreso decidí que se tenía que realizar en 2015, como así lo llevé a cabo.
El
día 2 de octubre llegaron a Lanzarote mis padres y mi sobrino desde Argentina, que fueron
parte del equipo junto a Lorea que era la directora de este reto, sin ellos no hubiera podido conseguirlo.
El día 3 de
octubre al medio día tomamos rumbo a la isla de El Hierro haciendo escala
en Las Palmas, cuando llegamos recogimos el equipaje y los coches (por cortesía
en cada isla de Cicar) y salimos rumbo a la Restinga,
que era donde nos alojábamos gracias al Ayuntamiento de El Pinar. De pasada
hicimos unas compras en un supermercado para irnos organizando, y luego fuimos
a encontrarnos con Juanjo, que fue la persona que me acompañó y aconsejó en la
bicicleta y en el circuito de la carrera a pie, la verdad es en sí no fueron muy acertados
sus consejos por la dureza del recorrido, pero fueron realizados con éxito,
jajajaja . Seguimos camino y pasamos por el centro de salud de El Pinar donde
conocimos a Santi, que fue el que me guió muy bien en la parte de natación
con la embarcación, me aconsejó
sobre la prueba, y nos organizó la cena
para cuando finalizara.
Ese mismo día
más tarde Lorea se tuvo que acercar al otro lado de la isla a buscar a la juez
de Triathlon que venía de Tenerife para realizar su trabajo, se llamaba Alejandra. Cuando
llegaron nos pusimos a hablar y tomar mate y se nos hicieron las tantas, y
cuando quisimos acordarnos no sabíamos ni dónde íbamos a cenar, aunque yo me
comí unos buenos tallarines que mi madre hizo al medio día que estaban
buenísimos.
Sobre
las 23 horas nos fuimos a dormir y a dejar todo organizado para el día siguiente
(día 5 de Octubre) ya que íbamos a aprovechar para comenzar lo más pronto
posible y ganar horas al día, porque sabía por el circuito de bicicleta que sería
más lento, así que madrugamos y sobre las 7:30 estábamos en el muelle con los
preparativos de la natación y de los que íbamos a ir en la embarcación. Aquí contamos con la ayuda de Magaly González, oncejal de deportes del Ayuntamiento del Pinar. Fuimos navegando hasta llegar
hasta la distancia de 3800
metros controlada por la juez, aún estaba bastante
oscuro el día, me zambullí en el agua, me coloqué el gorro y las gafas y a la
brevedad comenzamos con la gran aventura.
Se
comenzó la natación, fue una sola tirada nadando en parte de la Reserva del Mar de Las
Calmas, pasando nadando a tan solo 2 kilómetros del volcán que estuvo en erupción
hace unos años atrás. La natación fue muy buena, poca visibilidad a su comienzo
por la hora que era, tardando aproximadamente 1:05 minutos y se nadaron algunos
metros de más, luego una ducha para sacarnos la sal, ponernos la ropa de
ciclista en el muelle y comenzamos la etapa de ciclismo, donde me esperaban 180 kilómetros con
algo más de 4500 metros
de desnivel.
Salí
en bici y me encontré con 16
kilómetros de subida hasta llegar al cruce donde ahí me
estaba esperando Juanjo para acompañarme el resto del recorrido. Salimos
destino al Faro y al Meridiano, dimos la vuelta y llegamos al otro lado de la
isla donde está Frontera, subimos por allí y llegamos a Valverde, la
capital. El
regreso fue algo bastante duro, más con los kilómetros que teníamos encima y
rematando que el resto de kilómetros terminaban en un alto en el la zona de El Pinar,
donde haría la carrera a pie en el circuito que me indicaron. De llano
tenía poco, porque terminé en el municipio de El Pinar con 42,200 kilómetros
y con más de 630 m
de desnivel. No fue en un ritmo muy suave, Lorea me acompañaba en bici y yo tenía que ir con frontal por lo oscuro que estaba, pero bueno, primera isla hecha y ya pensando en la
isla de La Gomera,
que supuestamente era donde se encontraba el límite.
Cuando
terminamos fuimos a cenar donde Santi ya nos había organizado todo, comimos y
directos a una ducha y al sobre, que al otro día nos esperaba organizar y ver
si nos entrarían todos los bártulos en el helicóptero.
El
día 6, martes, recogimos todo y fuimos a prepararnos para partir hacia La Gomera, cogimos por primera
vez el helicóptero y salimos. Realmente esto era una aventura para todos, desde
mis padres que lo que menos se iban a esperar a esta edad es que
iban a tener que coger un helicóptero para desplazarse.
Llegamos a La Gomera y fue algo sorprendente cuando aterrizamos en una cancha de futbito en plena avenida, y ahí nos estaba esperando el Concejal de Deporte del Ayuntamiento de San Sebastián de la Gomera, Oscar Libertad Ramos, con el acompañamiento de Protección Civil, y la juez Nayra que nos esperaba allí también, y que realmente fue una gran compañía para todo el día. La natación la realicé en la playa del centro de San Sebastián de la Gomera pegada al puerto, acompañado por una zodiac. Tenía que dar 3 vueltas y la distancia fue controlada por la juez antes de entrar y de nuevo al salir.
Llegamos a La Gomera y fue algo sorprendente cuando aterrizamos en una cancha de futbito en plena avenida, y ahí nos estaba esperando el Concejal de Deporte del Ayuntamiento de San Sebastián de la Gomera, Oscar Libertad Ramos, con el acompañamiento de Protección Civil, y la juez Nayra que nos esperaba allí también, y que realmente fue una gran compañía para todo el día. La natación la realicé en la playa del centro de San Sebastián de la Gomera pegada al puerto, acompañado por una zodiac. Tenía que dar 3 vueltas y la distancia fue controlada por la juez antes de entrar y de nuevo al salir.
Cuando acabé me estaban esperando con un bocata y un zumo porque aún no había desayunado, luego me vestí y salí en bicicleta. Por delante de mí iba Protección Civil para controlar el tráfico y hacer de guía en las bajadas. La salida fue como la otra isla, me esperaban 180 kilómetros de bici y más de 4800 metros de desnivel. Duro después de nadar subir unos 15 kilómetros, pero eso sí nunca disfruté tanto una bajada como allí, con el coche de Protección Civil delante bajas con una gran tranquilidad, ellos iban abriendo camino, fue algo grandioso. Cuando llegamos a las Hayas ahí es donde tenía que hacer un circuito de unos 23 kilómetros, el recorrido fue hecho por mí y no sabía que tendría que subir unas 4 veces una cuesta de unos 7 kilómetros de longitud, pero la cabeza estaba hecha para ese circuito, cuando llegué arriba por última vez allí estaba esperando un grupo de bomberos que hacen guardia por los incendios forestales, que me animaron al pasar. De ahí tocaba la bajada de 25 kilómetros hasta San Sebastián de la Gomera y cuando llegué aún me faltaban 12 kilómetros, que los realicé dentro de la ciudad con Protección Civil delante.
Al acabar, tomar algo rápido y ponerme a correr. Dos atletas de La Gomera me acompañaron unos 14 kilómetros y fue más ameno. Cuando empezó el movimiento de la carrera, creo que debido al agua del mar de la mañana, que estaba pegada al puerto y olía a combustible, me produjo unas molestias estomacales y no podía correr, y es donde realmente se me fué mucho el tiempo, porque caminé mucho y no podía comer ni beber, pero aún así seguí, y acabé pasando las 5 de la mañana. Parte del equipo dormía a ratos en el coche, otra parte en el albergue y se iban haciendo turnos para acompañarme: Lorea, Nayra la juez, mi sobrino y también mi madre, pero lo bueno es que ya estaba concluida por fin y ya el limite lo quité de La Gomera.
Fuimos
a ducharnos y acostarnos un rato, mucho tiempo no nos quedaba para descansar, y
al otro día retomamos la misma traquina del primer día, recoger todo y salir
camino a la tercera isla, La Palma, otra isla con muchas
dificultades, pero en mi cabeza nunca pensaba eso, siempre estuve decidido.
Ya
aquí el descanso fue mucho menor, porque no nos podíamos retrasar tanto,
recogimos y fuimos a ordenar todo al helicóptero y a devolver los coches,
despedirnos de las autoridades y de la jueza, que me prometió un bizcocho
para cuando llegara a Tenerife. Retomamos vuelo con destino a La Palma, los vuelos eran
alrededor de 45 minutos, así que aproveché para descansar un poquito más, iba sin
desayunar porque nada me entraba en el estómago. Llegamos a La Palma y ahí estaban
esperándonos varios representantes del Ayuntamiento de Tazacorte, incluido el
alcalde, que era donde realizaríamos tanto la salida de la natación como la llegada
de la bici y la carrera a pie.
Fuimos a desayunar en el paseo del pueblo y dejamos los coches estacionados donde estaba preparada la carpa donde luego me cambiaría de ropa. Desayuné y comenzamos a organizarlo todo para no retrasarnos tanto, estaba allí ya esperándonos la juez de La Palma, Mikal. Ya eran cerca de las 10 de la mañana, nos organizamos y comenzamos la natación. La intenté hacer de una ida y vuelta pero en cuanto salía un poco del zoco la mar estaba insostenible. Terminé de nadar y al salir me dio alegría ver un colega de Lanzarote allí, Martin, esperando que acabe el segmento de natación. Me duché, cambié, comí y bebí algo y comencé la salida en bicicleta.
Fuimos a desayunar en el paseo del pueblo y dejamos los coches estacionados donde estaba preparada la carpa donde luego me cambiaría de ropa. Desayuné y comenzamos a organizarlo todo para no retrasarnos tanto, estaba allí ya esperándonos la juez de La Palma, Mikal. Ya eran cerca de las 10 de la mañana, nos organizamos y comenzamos la natación. La intenté hacer de una ida y vuelta pero en cuanto salía un poco del zoco la mar estaba insostenible. Terminé de nadar y al salir me dio alegría ver un colega de Lanzarote allí, Martin, esperando que acabe el segmento de natación. Me duché, cambié, comí y bebí algo y comencé la salida en bicicleta.
Aquí
también me esperaban 180 kilómetros con más 4000 de desnivel y duros, e igual
que las otras dos islas, la salida fue hacia arriba unos 17 kilómetros donde
luego retomamos a Fuencaliente y de allí llegar a Santa Cruz de la Palma. El recorrido lo sugiró Suso, al que le iba consultando cuando teníamos dudas. Subimos
por la cuesta de Los Caracoles y fuimos hacia Fuencaliente por arriba, donde me
cogió la lluvia. Ese clima ya lo había podido apreciar cuando vine a conocer
las islas, y es que al pasar de un lado de la isla al otro hay diferente clima, es
decir me tocó un poco de lluvia y refrescó un poco.
Cuando
fuimos volviendo se estaba haciendo tarde, y cuando llegué a Los Llanos tuve
que realizar unas vueltas en un circuito hasta completar lo que faltaba, se
hizo aburrido, eran unos 30 kilómetros. Aquí tuve el percance que tuve en El Hierro,
me cambiaron el recorrido pensando que me favorecían y al final no fue así,
cuando la cabeza de uno está preparada para hacer algo que ya había probado,
nunca hay que cambiarlo, eso lo aprendí en esos días, yo creo que el circuito
que estaba en mi cabeza estaba perfecto, no obstante fui a hacerlo. Me dí
cuenta que me estaba quedando sin carga en las luces así que fueron a comprar
pilas, y una vez terminado el circuito bajamos a Tazacorte, donde estaba
preparado el lugar donde realizaría la transición y donde sería la final.
Estaba allí toda la gente que me fueron
a recibir a la llegada.
Ya
eran cerca de las 00:00 así que empecé la carrera. Fui acompañado por unos
chicos de allí, y luego durante la madrugada se apuntó alguno más, me llamó
mucho la atención que había un bar que quedó abierto haciendo el aguante (era
una persona que me conocía de hacer los ironman en Lanzarote porque él siempre
iba de voluntario), luego los concejales con ayudantes y técnicos estuvieron
hasta último instante y Jeremy, que organizó la logística de la prueba y me tenía hasta preparados unos espaguetis para cenar.
Ese
día ya se comenzó tarde y se acabó tarde, serían cerca de las 5:15 de la mañana
cuando terminé y me hicieron un gran recibimiento, cuando llegué había en la
meta una cinta con el nombre del ayuntamiento, y fue una alegría acabar y ver
el apoyo de estas grandes personas, ese día ya era la tercera isla que ya
estaba en la saca, así que cenar, ducharme, un breve masaje con cremas en las
piernas y acostarme, el poco tiempo que nos quedaba para dormir.
Al
otro día, cuando fuimos al puerto a coger el helicóptero estaban los mismos que
me hicieron el aguante hasta último instante en que terminé la carrera a pie,
habían ido a despedirme en el helicóptero, así que cargamos todo para ir rumbo
a la isla de Tenerife.
En
Tenerife fue grandioso llegar a la base militar del norte de la isla que es
donde me tenía todo preparado mi amigo Pablo, el presidente de Club Aventuraxtreme
de Tenerife. Tenía un equipo muy bien formado.
Llegamos
al la base militar del norte de la isla de Tenerife donde tuvimos un recibimiento
de numerosos militares que se hicieron fotos con nosotros al aterrizar y nos ayudaron a llevar nuestras cosas a los vehículos que teníamos a
nuestra disposición, y de ahí nos dirigimos a la playa de Las Teresitas donde
nos esperaba toda la magnífica organización que tenía preparada Pablo y Marcos Chinea con su
gente del club. También estaba la juez Nayra que ya había estado en La Gomera
con nosotros, y desde luego no falló con el bizcocho que le hizo hacer a su
madre.
Ahí
empezó el despliegue del montaje y logística de los chicos, tenia
mecánico montando la bici y poniendo a punto todo con un despliegue muy bueno.
En ese momento llegó la TV Canaria para hacerme un reportaje, ya que ellos
venían haciendo un seguimiento desde las demás islas y mantenían informado a todo
el archipiélago canario de lo que estaba realizando. Hicieron una grabación
mientras estaba desayunando y relajando después del viaje y de haber concluido
3 islas, estaba dispuesto a comenzar la cuarta. En esos momentos recibo
un mensaje de mi amigo Pedro Arroyo diciéndome que tenía todo conmocionado a Lanzarote
y que ya tenía la zodiac preparada para ir hasta debajo del Risco y nadar hacia
la 8ª isla, algo que yo ya venía
meditando desde antes de comenzar el reto. Así que decisión tomada y en el
mismo momento avisé a Jorge Delgado, el mecánico de mi patrocinador TRIPASION, para
que organice y prepare todo para el siguiente lunes ir a La Graciosa.
Todo
esto era el jueves, y entre el desayuno, charla y entrevista estaba demasiado
cómodo, así que comenzaron a darme prisa, luego pedí que avisaran a Alejandra,
la otra juez que estuvo en El Hierro que se acercara hacerme unos masajes
después de la natación si era posible ya que ella vive allí. Cuando me terminan
de contar cómo estaba organizado
el recorrido y que estaría acompañado de un ciclista hasta una zona donde me
guiarían en moto, y que ellos me acompañarían todo el recorrido comenzamos con
la preparación para ir a nadar, que fue dentro de la playa para
evitar de que hubiera mucha corriente. Fui acompañado por 3 kayak y mi sobrino David
haciendo fotos y videos mientras el equipo se organizaba para tener todo listo
cuando yo acabara el segmento de natación. Mientras tanto, Lorea y mi padre fueron a
recoger los coches al puerto y a preparar la ropa y las demás cosas para ese
día, eran un montón de cosas cada día, pero bueno yo no lo vivía porque yo ya
tenía bastante con lo mío jajjajajaaj.
Termina el segmento de natación, ducha de agua dulce y a la sombra de una palmera me comienzan a dar un masaje para soltar las piernas mientras ya tenía mi café y algo de comer preparado. Acabamos el masaje y proseguimos a salir en bici. Lo que fue la salida fue un poco estresante por dentro de Tenerife y algo de subida, pero luego fue llevadero el recorrido, al hacer el retorno me encontré con unos ciclistas que iban por allí y me acompañaron un tramo. Comenzaron a seguirme triatletas de la isla en coche y eso quieras o no te subía las pulsaciones y te motivaba más aun, sabía que venía un colega, el Fray, desde el sur viendo por GPS por donde iba y se le complicaba para llegar, y al llegar a Las Teresitas de vuelta allí estaba esperándome, aunque a mí me faltaban 30 kilómetros. Paré para colocar la luz en la bici y terminar en un recorrido donde comenzó a llegar más gente y esperarme en los cruces y gente que venían para acompañarme a correr la maratón que me esperaba.
Se
acaba la bici y retomamos con la maratón, me esperaban unos largos 42 kilómetros y ya iba
acumulando el 4º maratón y con muy pocas horas de descanso. Comenzamos la
carrera y éramos un grupo de unos 7 chicos, realmente muy acompañado por ellos,
otros iban en bici y fuimos concluyendo los kilómetros. Las primera vuelta fue
llevadera, luego tuve que ir alternando carrera con caminata, a la vuelta ya se
me venían cerrando los ojos y me iban tocando para que no me duerma, me iba
tropezando, fue realmente una odisea, pero acabe la maratón además con mucha
gente que me hizo el aguante hasta el final y eso se agradece mucho y te da un
aliciente más aunque yo ya lo tenía, los niños de Tiguanfaya. Cuarta isla finalizada. Descansar y volar a la
Quinta.
Fuimos a dormir pero el hotel estaba muy lejos de donde acabamos, se nos hizo muy largo llegar, y entre que nos registramos en el hotel, ducha y demás, dormir fue poco, suerte que podía dormir en el helicóptero unos 40 minutos.
Fuimos a dormir pero el hotel estaba muy lejos de donde acabamos, se nos hizo muy largo llegar, y entre que nos registramos en el hotel, ducha y demás, dormir fue poco, suerte que podía dormir en el helicóptero unos 40 minutos.
Al
día siguiente, salimos hacia Gran Canaria, lógicamente como siempre sin
desayunar.
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