El día 5 de junio realicé otra Brevet. Una prueba de ultra distancia de 600
kilómetros en bicicleta y que sólo puede realizarse en 40 horas. Desde
Algete comenzó un nuevo reto para mí. Por delante, muchas horas en bici en las
que tenía que darlo todo para conseguirlo, con la adrenalina en su punto más
alto y feliz. Mi meta: hacerlo en menos de 40 horas. Empieza mi sueño…son las
20.00 h!!!
Arrancamos cerca de 20 personas e
hicimos un grupo de 8 con un ritmo muy rápido, tal vez muy rápido para mí. Pero
me mantuve con ellos porque rodar de noche y sólo no es algo que me apasione,
de manera que todos seguimos un buen ritmo.
Las horas pasaban y el cansancio se iba
notando, pasé los dos controles primeros sin problemas. Pasado el tercero,
llevaba ya encima 235 kilómetros, era de madrugada y me costaba seguir el
ritmo. Dejé pasar al grupo con el que arranqué porque mi objetivo era tratar de
mejorar mi tiempo del 600 de Madrid-Gijón del 2013, aunque el recorrido de este
era diferente.
Una vez solo, marqué mi ritmo, comiendo
kilómetros y kilómetros con un único objetivo, terminar y superarme a mí mismo.
El cuarto control fue en Soria, con 310 kilómetros y ya con las primeras
señales de cansancio. Un buen desayuno y un poco de descanso fue suficiente
para reponer fuerzas y continuar con muchas ganas e ilusión. No me costó mucho
recuperar mi ritmo. Próximo destino, Almenar de Soria, 45 kilómetros por
delante. Quinto control, todo perfecto, pero el calor empieza a azotar, es hora
de quitarme la ropa que utilicé por la noche porque no me ayudaba a continuar,
necesitaba ir más ligero y reponer bebida para no tener problemas.
Ahora más cómodo pero el recorrido es
largo porque el próximo control está a 140 kilómetros. Decido parar a comer en
Almazán y descansar para lo que tenía por delante. Un terreno que cuando lo vi,
me recordó a muchos toboganes juntos. Problemas… mi GPS no va bien y consulto
el mapa en papel, suerte que está perfectamente indicado pero el cansancio y el
calor hacían mella y me confundí en el cruce de Sigüenza. Me di cuenta porque
no veía ningún pueblo de los que tenía que pasar, tuve que retroceder haciendo
20 kilómetros de más. Realmente no es nada, pero el cansancio se hacía evidente
y mi combustible estaba casi agotado. Por fin llegué al penúltimo control, el 6º
que estaba ubicado en el kilómetro 491 en Masegoso.
Otro percance, no vi el cartel del
pueblo, el cansancio no me abandonaba y continué haciendo 3 kilómetros de más,
retrocedí porque no podía continuar sin sellar el carnet de controles. Todo en
orden. Continúo, la noche empieza a caer y la visibilidad disminuye, son las
19.50 h. Una cerveza con limón me ayuda a reponerme y continuar la marcha. Un
tramo realmente favorable porque iba costeando un rio y se podía rodar sin
problemas. El paisaje acompañaba pero cuando los pueblos están más alejados, la
marcha se hace más pesada y aburrida. Llego a Aranzueque, de noche, y el camino
comienza a complicarse. Carreteras en mal estado y con subidas excesivamente
largas aunque afortunadamente no las pude apreciar mucho porque llegados a este
punto mi mente está en terminar y no en apreciar las dificultades que suceden
en los últimos kilómetros. Es vital mantener la cabeza con calma y desestimar
cualquier pensamiento negativo. Entre tantas subidas y bajadas, llego a la cima
del pueblo Pozo de Guadalajara con una bajada espectacular, o eso me pareció a
mí, sentí una satisfacción increíble.
Pasé por Alcalá de Henares rumbo a
Daganzo de Arriba. Todo parecía muy complicado, lo bueno es que cuando paso por Cobeña, finalizo con una cuesta corta pero con mucho desnivel y pasando
esto, todo fue de bajada, para así llegar al punto de salida, punto en el que
comenzó mi sueño el viernes a las 20.00 h. Los últimos 36 kilómetros fueron
realmente duros pero me siento feliz y con mi sueño cumplido y logrado en 28 h
45 minutos, siendo las 00:45 h. del domingo 7 de junio de 2015.
Otro sueño cumplido, y esta prueba es
la que faltaba para completar la mítica París-Brest-París que son 1200
kilómetros en 90 horas. Allí estaré en agosto con más de 5.000 participantes, y
me siento orgulloso de decir que yo seré uno de ellos.
Tengo muchos planes, muchos retos que
conquistar y esta Brevet me ha permitido entrenar a tope para ellos y para mi
gran reto de las 7 islas que realizaré en octubre.
Agradezco enormemente el aliento y el
calor de todos los que me acompañaron en las redes sociales y otros medios. No
puedo olvidarme de mis patrocinadores, sin su ayuda incondicional no podría
cumplir mis sueños, ellos me ayudan a costear los gastos y me ofrecen material
deportivo de primerísima calidad: HotelVik San Antonio, Asociación Tiguanfaya, Apartamentos Océano, Tripasión, Turismode Arrecife, Turismo de Lanzarote, U.C.P.A. Sport Your Nature y Scott.
Gracias de corazón.
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